Entrevista con Mariana Díaz Oliva, la organizadora del próximo ITF W15 que se jugará en el Club Náutico Mar del Plata la semana próxima.
Al margen de una respetable carrera como tenista profesional (llegó a ocupar el número 42 en el ranking mundial de la WTA), la argentina Mariana Díaz Oliva, desde su lugar, respaldó la lucha por mejorar las condiciones para las mujeres en el circuito internacional. Hoy, 16 años después de su retiro como jugadora, continúa por ese camino. Y a través de la Fundación “Tenis por ellas”, la cual preside, impulsa nuevos torneos femeninos en el territorio nacional. Uno de ellos (un ITF W15) se disputará la semana próxima en el Club Náutico Mar del Plata. Razón más que suficiente para entrevistar a la organizadora, principal responsable de que el tenis profesional de mujeres retorne a la ciudad después de muchos años (ver aparte).
La información sobre el torneo es accesible desde el sitio oficial de la Federación Internacional de Tenis (FIT). Cuadro principal de 32 jugadoras y qualy de 64, con mayoría de argentinas. Ocho de ellas ingresarán al main-draw. La fase previa se jugará el domingo 20, el lunes 21 y el martes 22, día en que también se iniciará la ronda inicial del cuadro por el campeonato, al cual 20 jugadoras acceden directamente y otras cuatro, a través de wild-cards (invitaciones especiales). La entrada será gratuita desde el primero hasta el último día.
Pero hay unas cuantas cuestiones que Díaz Oliva puede explicar mejor que nadie. El diálgo con LA CAPITAL se reproduce a continuación:
-¿Qué hay que saber de “Tenis por ellas”?
-Es una Fundación que se encarga de la promocionar, difundir y dar más oportunidades al tenis femenino. Los torneos W15 profesionales son el puntapié inicial pero tenemos previstas más acciones de cara al futuro. Esto es lo inmediato. Sobre todo porque la WTA exige jugar al menos tres torneos puntuables para ingresar en el ranking. Y ya tenemos varias jugadoras con dos torneos, así que podríamos terminar la temporada con varias chicas incorporándose al ranking mundial, muchas de ellas de muy corta edad, entre 14 y 16 años. A eso apuntamos. A ampliar la base y que puedan demostrar el nivel que tienen. Sin tantas oportunidades, en el último tiempo se obtuvieron incluso mejores resultados que los hombres, así que creemos que llegó el momento de generar esa posibilidad.
-¿Cuánto hace que nació la Fundación?
-Tuvimos el alta recién hace cuatro meses y la primera meta era concretar tres torneos W15. Hicimos dos en Misiones, uno lo ganó Solana Sierra y el otro Luciana Moyano, y ahora completamos con Mar del Plata, una plaza que me encanta.
-Precisamente Solana Sierra parecía una fija para jugar este torneo y la gente de Mar del Plata se va a quedar con las ganas de verla jugar en su ciudad…
-Es una realidad que para el torneo hubiera sido un gran atractivo. Pero no se compara la posibilidad de jugar un W125 como el de Montevideo (N. del R: consiguió una invitación para ese torneo en Uruguay). Al margen de mayores premios y más puntos, creo que Solana ya está para otro nivel. Estos torneos W15 son para las chicas que recién empiezan a rodar en el profesionalismo. Desde la Fundación queremos hacer algo por el tenis femenino y la intención es hacer 8 torneos al año en Argentina. Y que sea bien federal, ir a otros lugares, como Neuquén, por ejemplo. Sé que es difícil, pero lo quiero hacer. Veremos cómo sale.
Foto: Daniel Corujo.
La marplatense Solana Sierra ganó uno de los torneos en Misiones organizado por “Tenis por ellas”.
-¿Quién te acompaña en esta iniciativa?
-Tengo el equipo de trabajo de la Fundación y el referente local es Daniel Larreina. Todos trabajan ad honorem. Lamentablemente, por ahora todos los costos organizativos corren por mi cuenta. Necesitamos sponsors para que algunos aspectos se puedan autofinanciar. De lo contrario, es imposible bancar ocho torneos.
-¿Qué tan difícil es organizar un certamen de este tipo?
-No es nada sencillo. En primer lugar, porque la situación económica del país no es buena y eso ya de por sí es una limitación. Y segundo, porque el tenis femenino no despierta el mismo interés que el masculino. Entonces, es ir a pelear contra un montón de cosas. Las empresas deberían verlo como algo a futuro. Que a lo mejor no les reditúa ahora, pero puede ser importante más adelante. De todas maneras, yo ya sabía con qué panorama me iba a encontrar. Lo hago porque lo siento así, nadie me obligó.
-¿Cómo surgió esa veta tuya como analista o comentarista en los medios?
-Siempre fui muy analítica a la hora de jugar y competir. Creo que no tenía tantas condiciones como para ir tan arriba. Pero me ayudó la cabeza y la inteligencia para poder encontrarle la vuelta a muchos partidos que no me eran favorables y terminaron bien. Ese aspecto mental también me ayudó a la hora de entrenar. Yo había estado en DirecTV un año antes pero casi nadie lo sabía porque se veía mucho más en Centroamérica. Ahora estoy en ESPN y se visibilizó mucho más. Para entrar hice un casting con otras 10 ex jugadoras y quedé yo. Cada uno tiene su estilo y en el canal me decían que tenía que hablar más fuerte o tener un par de frases de cabecera mías. Pero yo no lo sentía. Me parecía que con mi manera hablar, con mi tono, explicando las cosas bien claras, me sentía mucho más cómoda. Y lo entendieron. Después, más allá de lo técnico o estratégico, intento transmitir bastante qué significa el aspecto mental. No siempre se tiene en cuenta, y es una barrera contra la cual los tenistas nos enfrentamos en cada momento y excede a cómo se impacta la pelota, a cómo se traslada o a cómo se plantea un partido. También trato de responder lo que la gente me pregunta. Me gusta la interacción con la gente en las redes sociales.
-¿Te quedó alguna cuenta pendiente como tenista profesional?
-No sé si cuenta pendiente. Me hubiese gustado haber ganado a una top ten. Les he ganado cuando estaban en el puesto 12 o 14. Pero nunca cuando estaban entre las diez mejores. Por lo demás, creo que hice más de lo que pensé que iba a hacer.
-De hecho, hasta ganaste un título WTA…
-Sí, y no es nada fácil. Hay muchas jugadoras mejores que yo que nunca lo consiguieron. Gané otros 16 títulos de ITF, jugué 29 cuadros principales de Grand Slam (N. del R.: llegó a tercera ronda en Roland Garros 1998 y en Australia 2005), y estuve varios años entre las 100 mejores. Me retiré a los 30 años porque ya estaba muy complicada con las lesiones y además quería tener hijos.
-¿Es más complicado ahora o en tu época llegar a competir en el circuito internacional?
-Ahora. Cada vez se va haciendo más complicado, más profesional. Hay padres o entornos que piensan que de una determinada manera lo van a poder hacer y, de verdad, no es así. El único camino es el trabajo duro, a conciencia, rodeándose de un buen equipo de trabajo. Es muy difícil poder sostener esa estructura.
-De todas maneras, el tenis femenino ha logrado conquistas importantes desde lo organizativo…
-Soy mujer, y sé perfectamente todo lo que hemos pasado. En mi época, solo nos pagaban dos noches de hotel, aunque ganaras el torneo. Y te tocaba cualquier compañera de habitación. Es cierto que varias cosas cambiaron para mejor. Peleamos para ello desde adentro. Yo estuve 10 años en el comité de jugadores de la ITF y otros 4 en el Council de la WTA. Se fueron consiguiendo avance de a poco. Pero nunca se genera lo mismo que en el tenis masculino. Tendremos que encontrar la manera de vendernos mejor, aunque también es verdad que con China perdimos un gran aporte. Se hacían allí 11 eventos, algunos con mejores bolsas en premios que para los varones, pero a partir de la pandemia y luego del caso de Peng Shuai (N. del R.: tenista que denunció ser acosada sexualmente por un funcionario del gobierno de su país), la WTA decidió retirar a ese país del calendario.
-Ya están definidos los wild-cards?
-Uno va a ser para Guillermina Silva, quien ganó la etapa de prequaly. Uno está reservado para la Asociación Argentina de Tenis y dos son para la organización. Los estamos definiendo.
-¿Cuáles son tus expectativas para el W15 del Club Náutico?
-Que salga todo lo mejor posible, que la gente lo pase bien, que las jugadores entiendan que es una oportunidad para ellas. Que sea un evento como los de Misiones, que recibieron la más alta calificación en cuanto a la organización. Y ojalá que pueda ser campeona una argentina.